
A pesar de que Luis Guillermo Vílchez nació en El Caimito, municipio Miranda, la mayor parte de su vida la ha pasado en la entidad sureña. Allí llegó el 24 de julio de 1953 y desde ese mismo momento se ganó el cariño de los habitantes del entonces olvidado sector de Maracaibo. Los feligreses recuerdan como el cura recorría la barriada montado en una bicicleta y como con esfuerzo comenzó a levantar la iglesia, que en ese tiempo era apenas un ranchito y que ahora es el templo Santo Cristo, el principal de la región. El liceo San Francisco se construyó también por su iniciativa. Un día, él mismo se puso a limpiar el terreno que en 1959 se convirtió en la institución que todos conocen por el nombre de su fundador.
Un guía espiritual. Eso es lo que “El socio”, como muchos le dicen por su costumbre de llamar así a la gente, significa para quienes están a su alrededor.
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