lunes, 23 de agosto de 2010

El Socio de mi Barrio

Debajo de la frondosa mata de níspero que está en el costado derecho de su casa se sienta cada tarde el zuliano que con su perseverancia logró abrir caminos donde no había esperanza. No es cualquier hombre porque nombrar al padre Vílchez va más allá de mencionar a un ser humano común. Una iglesia, una escuela, conjuntos gaiteros y deportistas son sólo algunas de las cosas que hacen que el sacerdote sea considerado como la persona que más ha dado al municipio San Francisco. Aunque a sus 86 años ya su cuerpo no le permita dedicarse como antes a la feligresía y a toda las instituciones que fundó, el legado que sembró se mantiene.

A pesar de que Luis Guillermo Vílchez nació en El Caimito, municipio Miranda, la mayor parte de su vida la ha pasado en la entidad sureña. Allí llegó el 24 de julio de 1953 y desde ese mismo momento se ganó el cariño de los habitantes del entonces olvidado sector de Maracaibo. Los feligreses recuerdan como el cura recorría la barriada montado en una bicicleta y como con esfuerzo comenzó a levantar la iglesia, que en ese tiempo era apenas un ranchito y que ahora es el templo Santo Cristo, el principal de la región. El liceo San Francisco se construyó también por su iniciativa. Un día, él mismo se puso a limpiar el terreno que en 1959 se convirtió en la institución que todos conocen por el nombre de su fundador.

Un guía espiritual. Eso es lo que “El socio”, como muchos le dicen por su costumbre de llamar así a la gente, significa para quienes están a su alrededor.

No hay comentarios: